El lenguaje de 0 a 3 años.

La adquisición del lenguaje.

• En el primer mes, además de llorar y mostrar sensibilidad ante el ruido, discrimina sonidos, tiene una mirada vaga e indirecta y muestra inexpresividad en su rostro.
• En el segundo mes la mirada empieza a ser directa y comienza la sonrisa social leve ante voces o sonidos muy familiares. Es a partir de este momento cuando el niño es capaz de emitir sonidos, generalmente vocales como la “a, e, u” que se denominan arrullos o vocalizaciones indirectas.
• Al tercer mes ya es capaz de mantener una atención visual hacía el adulto que le mira y le habla, además de intercambiar gestos, miradas y vocalizaciones, emite leves murmullos.
• Al cuarto mes el bebé escucha con atención y su rostro comienza a expresar estado de entusiasmo y comienza a reírse de forma espontánea y ante carantoñas y juegos del adulto.
• A partir de este momento y hasta los siete meses, aparecen los juegos vocales, que tienen una duración mayor que los arrullos. Se trata de secuencias de sonidos parecidos a las vocales y consonantes que se repiten con frecuencia.
• Entre el cuarto y quinto mes el niño emite sonidos agudos en los que se reconoce perfectamente la “u y la a”, comienzan a emitirse sonidos guturales que el adulto da significado y se repiten por estímulo positivo..”los ajjoos”.
• A los seis meses el niño comienza a emitir chillidos, gruñidos y parloteos de forma natural, que le gusta escucharse y también los usa para comunicarse con los otros y llamar su atención o mantener lo que será el comienzo de la diada comunicativa o primeras conversaciones.

• En el sétimo mes, es característico el sonido que emite al llorar que es como un arrullo pronunciado “mmmmm”.
• A los ocho meses empieza el balbuceo o lalación que es la emisión de sus primeras sílabas, como “ba-la-ta-pa-ma…”, que repite con distinto ritmo, velocidad y entonación. Estos sonidos se producen instintivamente y no corresponden a fonemas de una lengua concreta..
• El balbuceo es congénito y se realiza de forma instintiva. De hecho los niños sordos balbucean, aunque los oyentes lo hacen de forma más intensa por que se refuerzan al poder escuchar sus producciones.
• En el noveno mes el niño pronuncia sílabas que requieren más dificultad en su pronunciación, como “da-da, ba-ba”.. además de imitar sonidos. Y es aquí cuando empieza a responder efectivamente al oír su nombre.
• Desde el octavo mes hasta el primer año de edad comienza la ecolalia, que es la repetición involuntaria de las palabras o frases que ha dicho otra persona o que ha pronunciado él mismo.. el balbuceo se va perfeccionando según la respuesta del entorno, y las vocalizaciones van pareciéndose a los sonidos de una lengua. El lenguaje va ganando intencionalidad.

• A partir del primer año de edad, utiliza las palabras de carácter más social, como hola, adiós o gracias y los nombres que se refieren a personas, alimentos o juguetes y cosas conocidas. Es capaz de imitar gestos y sonidos, además de iniciarse en los juegos simbólicos. A esta edad aparece un fenómeno que a partir de ahora constituye un auténtico motor de su actividad: la imitación. Busca modelos en la forma de gesticular, en el parloteo y en las acciones, complejas a realizar. El juego simbólico aún incipiente, permite una satisfacción muy amplia de esta nueva necesidad.
• A los 13 meses el niño indica algunos objetos por su nombre y pronuncia tres o cuatro palabras diferentes. En este periodo los niños utilizan su propia jerga, generalmente ininteligible/chapurreo/. Tiene mucha más capacidad comprensiva que expresiva. Entienden y realiza la mayoría de las órdenes que le da el adulto y muestra gran interés por las imágenes visuales.
• Desde los 15 a los 18 meses pronuncian unas cinco palabras, incluyendo su propio nombre. Las palabras más frecuentes son nombres generales o nominales /guaga, nene/, concretos /pepe, tata/, los que conllevan acción /ir, dame/, las que sirven para pedir o expresar algo /no, más../y las que atribuyen alguna característica /guapo, bueno/…

• Entre los 18 y 21 meses comienzan a abundar las preguntas, y el niño manifiesta interés por el nombre de las cosas /qué eto???/. Pronuncia entre 5 y 10 palabras y es capaz de nombrar y señalar objetos y dibujos. Con 18 meses ya compone frases con un sentido completo como “quiero la pelota”
• Desde los 21 meses a los 2 años aumenta significativamente su vocabulario y es capaz de combinar 2 y 3 palabras espontáneamente. Pide comida y repite frecuentemente las últimas palabras que dicen los adultos /tipo loro/. Adquiere paulatinamente los distintos sonidos del habla, comete errores en la pronunciación /sustituye unos fonemas por otros u omite consonantes o sílabas/ y en la construcción de los verbos. Ya sabe diferenciar entre masculino y femenino y suele referirse a si mismo en 3ª persona/ el nene, la nena/.

• Sobre los 2 años y medio, se interesa constamente por el “por qué de las cosas”, es el segundo momento evolutivo en el que predominan las preguntas. El niño comienza a emplear palabras nuevas, ampliando su léxico y a combinarlas en frases simples. Introduce nexos como “tu y yo”, algunas preposiciones como “en- para o por”, adverbios de lugar y cantidad, artículos determinados e indeterminados.
• A esta edad el lenguaje del niño se caracteriza por la posibilidad de entablar un diálogo sencillo y de contestar adecuadamente a las preguntas básicas que se le plantean/ te lo has pasado bien en el parque?, donde has estado? Que has comido? Como se llama el perro?..las personas cercanas al niño le entienden perfectamente su lenguaje.
• A los 3 años su lenguaje se amplía al “para qué?” y usa ya oraciones compuestas y complejas. Experimenta juegos de palabras y usa frecuentemente giros gramaticales.
• También es capaz de contar historias donde se mezclan realidad y ficción.
• Respecto a la pronunciación es básicamente igual a la de adulto aunque pueden surgir dificultades en sonidos como”d-g-f-s o r” o en combinaciones de consonantes como “pr-pl-br.bl-tr-cl..” pero muestran mucho interés por el modelo adulto.